Aunque muchos padres insisten en amar a todos sus hijos por igual, la realidad dentro de las familias a menudo cuenta una historia diferente. Es común observar un trato marcadamente distinto hacia cada hijo, lo que desmiente la noción de una equidad perfecta en el afecto parental.
Esta preferencia se ve influenciada por diversos factores, como la personalidad y la afinidad que los padres comparten con ciertos hijos. Por otro lado, la poca aceptación y el distanciamiento suelen caracterizar la relación con los hijos que no son privilegiados.
Es crucial recordar que la comparación constante entre hermanos puede sembrar la semilla de la rivalidad y el distanciamiento. Estas dinámicas, si no se manejan adecuadamente, pueden incluso derivar en una ruptura de la relación filial en la edad adulta.
A continuación, exploraremos algunos de los comportamientos que suelen manifestar los hijos que son objeto de esta preferencia.
1. Se les dificulta relacionarse
Los padres tienden a solucionar todo, les evitan el proceso de individualización y la creación de estrategias para relacionarse con los demás.
2. Envidiosos e insatisfechos
Los hijos preferidos tienden a desarrollar comportamientos basados en el egocentrismo en donde se consideran el centro del mundo.
3. Malhumorados
Estos niños no desarrollan el manejo de emociones y la tolerancia a la frustración, muchas veces toman esto como instrumento de manipulación para que se hagan las cosas de la manera que ellos prefieren.
4. Flojos
Al presentarse la dinámica de solucionar todo, los niños carecen de iniciativa y perseverancia que son habilidades que les permiten alcanzar sus logros.
Comportamiento de los hijos no preferido
1. Resentimiento
Los hijos que ven la preferencia de los padres por un hermano en particular, crean resentimiento que les va a permitir a futuro tener argumentos para victimizarse.
2. Tienden a suprimir las emociones
Los hijos que crecen con la idea que sus padres no los quieren lo suficiente y que siempre los llamados de atención son para ellos, por tanto, tienden a suprimir todo lo que sienten se aíslan emocionalmente.
3. Autoconcepto bajo
Los niños al ver que el actuar del hermano preferido es más aceptables por sus padres, tienden a tener una opinión baja sobre sí mismos, se culpan por no tener la personalidad y características de su hermano.