En un mundo laboral cada vez más exigente, el estrés se ha convertido en uno de los principales enemigos del bienestar y la productividad. Aunque es una respuesta natural del cuerpo ante situaciones desafiantes, cuando el estrés se vuelve crónico o excesivo, puede afectar profundamente la salud mental, física y el rendimiento profesional de las personas.
¿Qué causa estrés en el trabajo?

- Sobrecarga de tareas y plazos
ajustados. - Ambientes laborales tóxicos o
conflictivos. - Falta de reconocimiento o apoyo.
Desequilibrio entre vida personal
y profesional. - Miedo a perder el empleo o a no
cumplir con expectativas.
¿Qué pasa si no se gestiona?
- Ansiedad, irritabilidad o depresión.
- Dificultades de concentración y
memoria. - Problemas de sueño y agotamiento
físico. - Enfermedades cardiovasculares,
gastrointestinales e inmunológicas. - Mayor ausentismo, rotación de
personal y baja productividad.
El estrés no es solo “estar muy ocupado” o “sentirse abrumado”. Es una reacción biológica intensa que activa todo el cuerpo. Y cuando se mantiene en el tiempo, comienza a pasar factura. Cuando estamos estresados, el cuerpo activa una respuesta de supervivencia: el sistema nervioso libera hormonas como el cortisol y la adrenalina, que preparan al organismo para “luchar o huir”. Esta reacción es útil a corto plazo, pero cuando se vuelve crónica, el cuerpo permanece en estado de alerta constante, y eso agota sus recursos naturales.
El estrés sostenido no solo afecta tu ánimo. Afecta tu cuerpo, tus relaciones y tu vida. No es debilidad pedir ayuda, es sabiduría. La psicología puede ayudarte a gestionarlo a tiempo.

¿Qué daños provoca el estrés a largo
plazo?
- Sistema inmunológico debilitado:
enfermas con más facilidad,
tienes más infecciones, alergias o
inflamaciones. - Problemas cardiovasculares:
aumenta la presión arterial y la
frecuencia cardíaca, lo que
puede provocar infartos,
arritmias o accidentes
cerebrovasculares. - Trastornos digestivos: gastritis,
colon irritable, úlceras o pérdida
de apetito son comunes. - Alteraciones metabólicas: se
relaciona con obesidad, diabetes
tipo 2 o aumento de colesterol.
- Enfermedades mentales: depresión, ansiedad, insomnio crónico y agotamiento emocional (burnout).
¿Y por qué puede llevar incluso a la muerte?
Porque cuando el estrés no se atiende, deteriora órganos vitales silenciosamente. Un infarto o un derrame cerebral muchas veces son la consecuencia final de años de estrés acumulado. También puede llevar a conductas de riesgo: consumo de alcohol, tabaco, exceso de trabajo, automedicación o aislamiento, que agravan aún más la situación.
Ignorar el estrés es permitir que el silencio se convierta en enfermedad
Escrito por: Naylen Saavedra